Sobre la Naturaleza del Péndulo
Artículo de Dan Varllej / © 2009
Cuando miramos un Péndulo no podemos permanecer indiferentes al misterio y la magia que desprende; sólo visualmente es una imagen distinta y singular frente a la mayoría de objetos que nos rodean y con los que realizamos todo tipo de tareas; su presencia parece inspirar una impresión de unicidad y de soledad, un cierto respeto, un objeto con un halo de magnetismo singular.
Si lo pensamos, el péndulo es un objeto más común de lo que nos puede parecer a simple vista, hay muchos objetos que son péndulos, y como veremos hay muchos más que podemos asimilar de una manera u otra a lo que es un péndulo o a su naturaleza oscilante.
Los antiguos y no tan antiguos relojes de pared exhiben un péndulo, en ocasiones bien grande; recuerdo la fascinación con la que de niño observaba la oscilación de este péndulo en el reloj que mis abuelos tenían en casa. A día de de hoy conozco muchas cosas sobre este objeto tan especial y su oscilación o su quietud, pero no deja de inspirar en mí cierto encanto fascinador y tranquilizador, parecido a la cálida soledad que desprende la llama de una vela encendida en la oscuridad.
Cualquier objeto de cierto peso colgado, suspendido a la acción de la gravedad, de una u otra forma es un péndulo; lo son los relojes de pared, los badajos de las campanas, las lámparas que colgamos del techo, el botafumeiro que se enciende durante algunas celebraciones religiosas, la plomada con la que se construyen paredes rectas, ciertos abalorios que nos colgamos del cuello, la bolsa de la compra, ciertos objetos para los retrovisores de los coches, o una percha de armario, todos estos objetos son péndulos de una u otra forma, de un tipo u otro.
Esta es una descripción burda, tan solo aproximativa, que parte de una óptica puramente física; cierto es que un colgante está sujeto por dos lados, no por uno como lo está una plomada, por ejemplo. Pero lo que tienen en común todas estas situaciones es la Oscilación, la facultad de ejecutar este tipo de movimiento, un movimiento que se repite de manera periódica, en principio, entorno a una posición central, que es una posición de equilibrio y reposo entorno a la cual el objeto oscila. Así tenemos que cualquier tentetieso con el que juegan los niños ejecuta también una oscilación; y en otros ámbitos tenemos torres, puentes y edificios que se construyen teniendo en cuenta sus propiedades oscilatorias. Vemos pues que la capacidad para oscilar es algo más frecuente y natural de lo que parece a simple vista.
Esta es la clave del péndulo, su facultad de oscilar, y esta es la base de su singularidad y personalidad. Las particularidades de este movimiento son las que nos hablan, son las que nos pueden llegar a indicar con todo género de matices, las respuestas a nuestras preguntas. Pero, como es posible esto? El péndulo oscila por acción de una fuerza que lo pone en movimiento? Porqué oscila? Porqué conecta con realidades tan dispares como los Chakras, el Aura o las Energías Ambientales?
En mi opinión el péndulo es un objeto sin gran particularidad física, pero su habilidad natural para oscilar le otorga la capacidad de conectar con toda la Naturaleza y toda la Realidad. No hay explicaciones científicas que nos permitan saber porqué el péndulo puede responder a nuestras preguntas en un test, como lo hacen las Varillas Zahoríes, que son otro conocido instrumento de Radiestesia; pero podemos conjeturar y teorizar sobre ello, un camino que como todos los demás, no nos lleva a verdades absolutas e inequívocas, pero que si nos aporta elementos para entender y conectar con la realidad, a la manera de la Filosofía, de la Intuición y en definitiva de la Vivencia personal.
La Física Cuántica postula una naturaleza de la realidad muy alejada de nuestras experiencias cotidianas como seres macroscópicos. Algunos aspectos de esta nueva visión, formulada allá por los años 20 del pasado siglo, nos pueden ilustrar la conexión del péndulo, o mejor dicho, del acto de la oscilación, con toda la realidad.
Una de las características que atribuye la Física Cuántica a todos los entes, y ésta es la que más interesa al presente razonamiento, es la de una naturaleza dual, “oscilando” entre Onda y Partícula, una realidad conocida como Dualidad Onda-Corpúsculo.
Según esta “exótica” visión, corroborada exitosamente en multitud de experiencias y fenómenos observados a lo largo de los años, cada objeto posee además de sus conocidas propiedades como corpúsculo (objeto físico), como son su masa o sus medidas de altura y anchura, su velocidad, etc, una ristra de propiedades asociadas desde siempre a las situaciones de Movimiento Ondulatorio, como son la Amplitud y la Longitud de Onda.
Es difícil de imaginar para nosotr@s cómo, además de tener nuestro propio peso, que conocemos en kilos, y nuestra estatura, que medimos en centímetros, cada un@ de nosotr@s tengamos además una longitud de onda !, algo que sólo asociaríamos, por ejemplo, a un sonido !, Pero según la Mecánica Cuántica así es.
Y si es así, como es que no nos damos cuenta ?; pues parte de la respuesta a esta pregunta nos habla de cómo la naturaleza parece mostrarse esquiva a la hora de mostrar sus realidades y verdades a los seres humanos, ya que estas exóticas propiedades se hacen notar cuando los entes observados son las Partículas Elementales, Átomos o Moléculas entre otros, objetos tan pequeños que nunca se podrán ver en el sentido literal, pues quedan fuera del alcance de lo visible y su existencia y presencia se conoce por inferencia lógica. A la vez, a medida que los objetos en juego son mayores en tamaño, sus Propiedades Ondulatorias se van haciendo más y más ínfimas hasta el punto de ser indetectables, tal como nos pasa si deseamos ver, por ejemplo, la longitud de onda de una persona o de un coche.
Por muy exótico y surrealista que nos pueda parecer este paradigma que nos aporta la Teoría Cuántica, se trata de una fructífera teoría que no parece equivocarse y que es la base de la electrónica moderna y todos sus hijos: ordenadores portátiles, móviles, calculadoras, instrumentos de precisión de todo tipo, formas de almacenamiento de información, simulación por ordenador, …
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Y podemos adentrarnos en las profundidades del espacio, pues tenemos la Luz, que es una Onda Electromagnética, formada por un Campo Magnético y un Campo Eléctrico; en este caso ambos campos oscilan en la propagación y viaje de la luz a través del espacio, oscilaciones físico-matemáticamente describibles como las de un péndulo o un resorte. Es interesante este ejemplo debido a que la luz se aleja de la naturaleza de los péndulos, de los estanques de agua y de las ondas sísmicas, la luz no está formada por materia, es energía pura.
Tanto el sonido como la luz transmiten información, nos valemos de ambos fenómenos para comunicarnos entre nosotr@s y conocer la realidad; oímos voces y sonidos que identificamos con personas, lugares y objetos; e igualmente vemos colores, formas, presencias que nos aportan información añadida a lo anterior. Está claro que también percibimos información por otros medios, a colación de ello hablamos del péndulo, que es el tema que nos ocupa. No nos debe sorprender, llegados a este punto, que el péndulo en su oscilación, en su danza, resuene, conecte con estas realidades y con toda la realidad, pues como nos dice la teoría cuántica, toda realidad es de naturaleza ondulatoria, o sea oscilante, y también considerando que utilizamos el péndulo como medio de conexión e información.
Este artículo no es una demostración científica de nada; es una pequeña disertación acerca de realidades que comparten elementos importantes e inherentes a su naturaleza, lo que hace pensar, lo que hace plausible algún tipo de conexión, algún tipo de resonancia mutua. Es necesario, en mi opinión, una mente abierta y una capacidad vivencial dispuesta para conectar estos elementos y emprender relación con el péndulo; tengamos en cuenta que todo lo dicho hasta aquí es sólo información, que la teoría cuántica es también información, siendo también posible que todo el Universo sea Información y medios por donde circula.
Artículo de Dan Varllej
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"Sobre la Naturaleza del Péndulo"
© 2009 Dan Varllej
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