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Física Cuántica & Naturaleza del Oráculo; Reflexiones

Artículo de Dan Varllej / © 2012

Después de siglos de mancias y prácticas adivinatorias de todo tipo, y formas de contactar con los mundos invisibles, sea para conocer el futuro, el pasado o el presente, sea con finalidades de iniciarnos en los misterios de la existencia o con propósitos sanadores, como hacen los chamanes, much@s de nosotr@s nos damos cuenta de cómo la actualidad, ya desde hace algunos años, nos dispone un enorme elenco de "sistemas", "sets" o "barajas" de objetos destinados al contacto "ultraterreno".

Habitualmente se trata de juegos de cartas, como las tradicionales cartas del Tarot, y también perduran las ancestrales runas, grabadas o pintadas en piedrecitas que se mezclan y se dejan caer sobre una mesa u otra superficie, "como unos dados"; otras tradiciones locales utilizan conchas o huesos, …, en definitiva distintas formas de lo que podemos considerar un " uso de lo Material para acceder a cierta información ", sea ésta concerniente a lo intangible o a lo mundano.

Un caso particular y “moderno” de todo ello, son las barajas de naipes dedicadas a los ángeles, diseñadas para facilitar la proximidad entre estos seres y el ser humano, aunque también las hay dedicadas a los maestros ascendidos o a los espíritus de la Naturaleza. En todos los casos se trata de una serie de artículos en auge actualmente, de los que se van dando novedades desde el ámbito editorial, y entendemos que deben participar de una autenticidad no sólo artística, si no también vivencial, filosófica y reveladora.

No faltará quien la emprenda contra cualquier vivencia que se pueda intentar con el uso de estos oráculos modernos; no creo que les falte una parte de razón lógicamente aceptable, por muy cercanos que nos podamos considerar, de ser el caso, a la vivencia y estudio de ciertas mancias o paraciencias, pues sin ser el auge de estos productos el único ámbito en el que se puede materializar la fabulación gratuita y la frivolidad, ciertamente es fácil que se dé.

No olvidemos que la vida es diversa y las personas volubles, lo cual no sólo se da en el caso del que hablamos, si no en todas partes, como sabemos y a veces aceptamos de una manera no tan justificadamente acertada como podamos dar por hecho. Sabemos que personas extremadamente pragmáticas, lógicas y profesionales en sus campos respectivos, personas responsables de sus actos y de sus bienes, personas correctas en cualquier sentido, pueden en ocasiones caer en frivolidades inimaginables para otras; esto se puede ejemplificar en ciertos hábitos concernientes a la moda, la vida social, las apariencias, o todo tipo de costumbres del todo innecesarias que “aportan” a la persona “tanto” como el oráculo de los ángeles llamado X, por decir uno, le “aporta” a otra persona, alguien que dice obtener buenos consejos para si mism@ y sus amigos, alguien que habla de lo mucho que le “aporta” comunicarse con su ángel de la guarda, o contemplar y reflexionar con las cartas del tarot, hacer peticiones mediante velas, oraciones dedicadas a tal santo o cual virgen, examinar su casa mediante el péndulo, y tantas otras cosas que en la diversidad humana se dan de manera natural en el colectivo.

Otra lectura es, sin duda, que el abuso de estos “juegos” puede ser realmente nociva, pues llegar a creer todo cuanto "nos sale" (o nos lo parece) en las cartas, la bola, o lo que sea, queda fuera de la lógica que nos ha sido dada para ejercer, sin olvidar que esto también se puede dar en todos los aspectos de la vida, como son el juego legal, la bebida, las compras a lo grande, la vida social exagerada, el consumo de tabaco, etc. La posibilidad de caer en adicciones y excesos de todo tipo, dinámicas insanas y estilos de vida desaconsejables, puede darse, y el germen de estas situaciones puede ser cualquier cosa, en concreto cualquier cosa mal llevada, mal dosificada, mal utilizada; es conocido de antaño aquello de que ciertas dosis dan lugar a veneno.

Que rasgo común hay en todos estos sistemas-oráculo para ser rechazados por "los escépticos" o detractores de lo paracientífico?; podríamos aducir muchas causas y características, pero creo, y en ello es en lo que centro este escrito, que un rasgo dominante en esta línea de rechazo es el "factor aleatorio", o sea la imposibilidad de prever la forma que adoptará la disposición de los objetos que forman el "sistema" o "baraja" en cada ocasión, así como la posibilidad de poder ser utilizados de numerosas formas distintas y otras tantas para ser interpretados. La asociación entre esta "condición natural" de nuestros sistemas de discusión y los simples? juegos de azar es posiblemente el núcleo no trivial del asunto; creo que la clave está en la palabra "aleatorio", que no debemos confundir con "azar".

Recordemos que hasta el juego de azar organizado, se diseña en la cuidadosa aceptación y contemplación de ciertas leyes, a veces denominadas “leyes del azar”, con cierto acento paradójico-lingüístico. Todos estos productos (juego y oráculo) se presentan, en una primera aproximación, como simples experiencias, entretenimientos como los tradicionales dados de seis caras. Un análisis y reflexión detenida y holística, quizás nos revele que la equiparación de ambos fenómenos puede ser una frivolidad mayor que la común consideración de simpleza hacia los juegos de azar.

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Dejando a un lado la fascinación que ha despertado el estudio serio del azar y las probabilidades, fuente de sorprendentes revelaciones en las relaciones entre los sucesos y las reflexiones surgidas acerca de la naturaleza de conceptos como probabilidad, información o conexión estocástica, entre muchos otros, pongamos ahora nuestra atención, aunque sólo sea por hoy, por esta vez, en lo que nos dice la Física Cuántica sobre la realidad, y relacionémoslo con la manera como los oráculos nos hablan también de la realidad. Este ejercicio debe hacerse salvando todas las distancias conceptuales para poder formular con ello una comparación filosófica seria; lejos de este escrito está el caer en ninguna ingenuidad superficial ni en pretexto alguno para mencionar la física cuántica.

La Física Cuántica, esta parte de la ciencia de la que tanto gusta hablar últimamente, en su interpretación ortodoxa, entendida ésta como la oficialmente aceptada desde los años 20 del pasado siglo, considera que la contingencia, el factor azar, aquello que muchos consideran una incompletitud del trabajo científico, es genuina y connatural a la realidad física. Así es como si del azar “nace” la realidad física, por qué no considerar que alguna intervención parecida exista en la realidad no física?. Pensemos que las probabilidades de la ciencia no son más que información, y los mensajes que nos transmiten los ángeles a través del oráculo, de ser así son también información, información que llega a nosotros (“nace”) "a través" del azar también, en el fenómeno aleatorio.

La mencionada en la párrafo anterior como “interpretación ortodoxa” de la Mecánica Cuántica se conoce como interpretación de la Escuela de Copenhague, formulada y defendida principalmente por el físico Niels Bohr (1885-1962) allá por los años 1910-1920. Esta interpretación asume como naturalidad intrínseca la incertidumbre en los resultados que los sistemas cuánticos arrojan al hacer la observación de una magnitud física concreta. Esta posición perdura a día de hoy como consistente con los resultados experimentales, también fue especialmente defendida por Werner Heisenberg (1901-1976), y su más famoso detractor fue Albert Einstein (1879-1955).

A pesar de su fuerza teórica, la interpretación de Copenhague no convence a todo el mundo en el plano filosófico, lo que ha llevado a la investigación en la línea que se conoce como de “Variables Ocultas”, una serie de magnitudes desconocidas por el momento y que darían cuenta del comportamiento azaroso de los sistemas cuánticos, y lo harían de una manera totalmente determinista; esta línea de investigación llevó en 1964 a una serie de resultados llamados “Desigualdades de Bell”, debidas a John Bell, resultados que excluyen la posibilidad de las variables ocultas llamadas “locales”, o sea, concernientes al mismo objeto de observación. Queda no obstante la posibilidad de variables ocultas no locales, o sea vinculadas a todo el universo externo al objeto de observación.

Esta segunda posibilidad, las variables ocultas no locales, encajan a su manera en el “sistema oráculo”, pues bien convenimos en que es información externa al oráculo aquello que buscamos en su empleo, siendo éste nada más que un medio de acceso a ella. Puede rebatirse a estas palabras que la similitud entre un asunto y otro es simple apariencia, pues en física tratamos de conocer al sistema en sí, mientras que con el oráculo tratamos de conocer otras cosas distintas a él; hemos confundido pues la información con el medio para llegar a conocerla, identificando el oráculo con el sistema cuántico (1). El error en este proceder es posible pero prefiero considerarlo como una atrevida extrapolación filosófica, exponiendo este detalle o punto débil del discurso como parte del mismo, pues nos pueden decir que estamos haciendo con ello “ciencia barata” o descontextualización de las cosas, lo cual puede ser verdad hasta cierto punto y se debe reconocer, más lo interesante en mi opinión no es tanto la exactitud y pulcritud con que intentamos encajar estas “piezas tan concretas” de “rompecabezas distintos” (nada ajeno a la ciencia moderna), si no el estímulo filosófico que el sano ejercicio de la comparación, contemplación e imaginación nos brinda, del que puede surgir Pensamiento y Paradigmas Nuevos.

Todo esto no puede ser ni pretende ser demostración de nada, pero si pienso que aporta cierta orientación lógica en la consideración seria de una técnica de estas características (oráculo); creo yo que si en física todo nace del azar vistas las cosas desde la mecánica cuántica, porque no en la vida el azar tenga un papel primigenio de una u otra forma?, no sería nada nuevo entonces, verdad?, podemos pues pensar en otras formas mediante las cuales la vida se manifiesta mediante "lo probabilístico”; pensarlo hasta el punto de englobar en ello la legitimidad de ciertas mancias? (2), es una propuesta para pensar, y tampoco la ciencia es en absoluto ajena a los "experimentos imaginativo-mentales” que utiliza para dar cuenta de ciertas conclusiones y, porque no, como forma de inspirarse.

Desde el ámbito estrictamente paracientífico, por otro lado, de existir ángeles para cada asunto posible, como se dice, incluso para cualquier situación de la vida, porque no pueden ser llamados o invocados?, sea mediante la iniciativa personal o el trabajo creativo inspirado a los artistas y escritores que elaboran los oráculos?; todos nos hemos sorprendido alguna vez de lo precisa e incluso punzante respuesta proporcionada por uno de estos oráculos, otras veces nos hemos sentido desorientados completamente también, pero raramente dejan a nadie indiferente, siempre que mantengamos, en mi opinión, una Mente Abierta y una “Capacidad Vivencial Dispuesta”.

Vistas las cosas así, en su contexto y con su lenguaje, los oráculos vienen a ser en la práctica un medio de contacto y acceso a informaciones que son portadas por ángeles concretos?. No podemos decir, en esta línea argumental y crítica, que tal hipótesis sea nada artificial ni frívolo; tan sólo una llamada a vibraciones concretas que son las presencias angélicas, refiriéndonos también a devas o maestr@s, pues no es necesario centrar la discusión en creencias concretas al respecto ni en sus pormenores, pues el fenómeno se puede considerar equivalente en todos los casos mencionados.

Y para finalizar, advirtamos que no todos los oráculos tienen que ver con los ángeles o los maestros, para ejemplo archiconocido está el Tarot; pero en todos ellos se opera con la información de la existencia, tratando de esclarecerla en su repercusión pasada, presente y futura. Convenimos que su "condición" aleatoria no es genuina sino circunstancial: un inabarcable elenco de posibilidades (disposiciones físicas) que no podemos abordar en nuestra situación como seres humanos, suficiente como para constituirse, desde nuestra visión, como "naturalmente aleatorios", lo que diferencia radicalmente los oráculos de los sistemas cuánticos; esta diferencia es de una importancia capital para la comparación de la que se habla en este escrito, pero no resta fuerza a lo expuesto, a los argumentos dados y al ángulo de consideración al que con ello hayamos podido, con más a menos acierto, invitar al lector.

Artículo de Dan Varllej
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"Física Cuántica & Naturaleza del Oráculo; Reflexiones"
© 2012 Dan Varllej

Notas sobre el texto:

Nota (1): también puede examinarse la comparación teniendo en cuenta otro dato: en el abc del tema de las Desigualdades de Bell, es conocido el famoso experimento del par de electrones de spines opuestos que se mueven en direcciones opuestas, de forma que la observación del spin de uno de ellos determina de forma instantánea el valor del otro, vía su principio de conservación correspondiente; o sea, haciendo una observación sobre uno de ellos obtenemos información sobre el otro, esté donde esté. (spin: momento angular intrínseco).

Nota (2): el mencionado anhelo de existencia de las Variables Ocultas, defendido por sectores de la ciencia, implica el absoluto determinismo de todo cuanto ocurre en la realidad. En tal situación, el comportamiento y acontecimientos de la vida estarían determinados de forma precisa, conectando con los clásicos temas de la Predestinación y la negación del Libre Albedrío. Entre otros el matemático y físico Laplace ejemplifica la persecución de esta concepción en Occidente, y en Oriente, a su manera participa de ello el Taoísmo con la teoría del Yin Yang y la teoría de las cinco fases. En esencia la línea es la misma de siempre: la búsqueda de patrones, leyes y estructuras que permitan predecir las cosas, sea con intenciones de conocerlas, de cambiarlas o de amoldarse a ellas.

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