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Geometría versus Reiki, Símbolos y Existencia

Artículo de Dan Varllej / © 2012

El siguiente apartado, algo extenso y algo singular en el ámbito Reiki, puede considerarse como un fruto abstracto y personal del autor en una línea de consideraciones quizás heterodoxa; las ideas que expone descansan en el conocimiento y práctica del Reiki avanzado, llevando el asunto más allá en una interesante reflexión, indagación y búsqueda filosófica.

La Realidad Poliédrica y Fractal

Pensando en los Símbolos, el Reiki y su lugar en la existencia, concebí en su día la idea que expongo a continuación; se trata de una metáfora geométrica que me parece muy bella, en la que se considera la “Existencia” como un “poliedro geométrico”, y cada aspecto o vertiente de ella es una de sus caras, aristas o vértices.

Las aristas de este poliedro son las “fronteras” que separan unas cosas de otras, los planos de existencia, los planos del ser, niveles, partes, aspectos, ...; la existencia completa y realizada evolutivamente hablando es la que consigue que este poliedro “haya limado” todas sus aristas hasta convertirlo en una esfera perfectamente lisa, sin caras, una “continuidad indiferenciada” y uniforme donde todo se conecta y funde con todo, donde ya no hay partes ni fronteras si no sólo Unidad y Simplicidad (me recuerda al "Ser Uno" de Parménides de Elea).

Nuestra situación se puede comparar con este poliedro en el cual las aristas ya han empezado a suavizarse, y algunas de sus caras ya poseen un contacto más suave (directo, sincero, natural, ...) que el de la “cortante arista”; por eso decimos que la frontera entre la capa mental y emocional del aura es difusa, pues hay muchos aspectos de la vida que “nadan” entre ambos “campos” o “naturalezas”; lo mismo sucede con las capas mental y la espiritual; y por eso postulamos (en esta situación metafórica, abstracto-imaginativa) que hay en la existencia entes, como son los Símbolos Reiki, capaces, por naturaleza, de “moverse” o actuar entre estos dos aspectos, pues son los que “liman” la arista que separa estos dos planos, estas caras del “Poliedro Existencial”. Sin entrar en ahondamientos sobre el tema, es oportuno recordar las sutilezas de lo simbólico, entre las que contamos la facultad (e incluso misión) de “conectar”, de establecer comprensión y “conocimiento de”, de representar realidades intangibles o abstractas que la mente puede comprender mediante la presencia del símbolo. Concluimos de esto que los símbolos guardan un poder particular y dan lugar a comunicación (una letra representa un sonido, un mensaje se construye con sonidos, por ejemplo). La esencia de todo esto parece apuntar al moldeado y conservación de una realidad más misteriosa de lo quizás sospechado, que es la “pura información”.

Y siguiendo una línea lógico-argumental, este poliedro “se daría” en la particularidad de cada uno de nosotros, en el conjunto de una familia o grupo, en la colectividad de una población, planeta, etc, así sucesivamente, pues cada parte o cosa que observamos y que participa del ser, sea uno mismo, sea nuestra familia, sea todo el planeta, tiene asociado su propio Poliedro Existencial, con un estado evolutivo propio y a la vez en contacto con los demás, observándose de alguna forma una “fractalidad” en todas las escalas que también se da aquí, en lo más abstracto de la existencia.

Lo que acabamos de exponer es la idea primigenia y espontánea de una exposición mucho más amplia que desarrollé en su momento como anexo teórico para el nivel de Reiki III (y después para el nivel de maestría); una metáfora, un símil, una imagen, o como se desee considerar en el contexto de las ideas, que debo decir creo se aparta del contexto Reiki para alcanzar un marco más extenso en el campo de los símbolos y la filosofía. Este modelo, que con el tiempo llamé “Modelo del Poliedro Existencial”, resultó adquirir para mí suficiente carácter y autonomía teórica como para ser desarrollado independientemente. Lo que hemos dado aquí es una referencia con razón de cómo se han desarrollado estas reflexiones, que empezaron en torno al Reiki III y al Arte Ki, lo cual algún significado y conexión nos debe mostrar.

Arquetipos geométricos

Llegados al nivel de Reiki III prácticamente ya se han expuesto todos los símbolos del Reiki “clásico”, podríamos llamarle; sólo queda el llamado Raku, reservado al grado de maestría. Con este último símbolo se completa el bello conjunto de cinco símbolos que dan su particular "carga doctrinal" al Reiki.

Las distintas lecturas y observaciones, a las que durante mi estudio e investigación del Reiki a nivel teórico, he podido tener acceso, además de mi natural interés y aprecio por la geometría y su belleza, me han llevado poco a poco a considerar la plausibilidad de ciertos entes geométricos como verdaderos símbolos o arquetipos, que además me parecen acordes y armónicos con el Reiki que conocemos, todo ello por razones que espero exponer de forma acertada.

En primer lugar está el hecho mencionado en distintas fuentes bibliográficas, de que al parecer la Maestra Takata nunca utilizaba el símbolo Raku, así como hay quien afirma que el símbolo Dai Ko Myo no es en absoluto un símbolo Reiki. En cualquier caso esto es algo que no puedo comprovar con certeza.

Por otro lado también conocemos la presencia del Dai Ko Myo “no tradicional”, que por supuesto cuenta con la detracción de otras personas; y modernamente, un maestro japonés, Fuminori Aoki, nos trae el bello símbolo Ko Riki. Los maestros de Reiki Karuna aportan otro conjunto nuevo de símbolos; y tenemos cantidad de combinaciones y cambios sugeridos por diversos autores; particularmente me gusta considerar toda esta fenomenología y casuística como un verdadero arte, el Arte Ki, una creatividad al servicio del crecimiento personal.

Pues bien, por mi parte, a raíz de una lectura de uno de los libros de Vicente Beltrán Anglada, que trata sobre ángeles (“Los ángeles y la estructuración de las formas”), hace muchos años, un día surge la idea de utilizar como símbolos los arquetipos geométricos básicos, que son el Cuadrado, el Triángulo y el Círculo. Han pasado muchos años desde aquella lectura, y la idea (que quizás no sea nueva, aunque no lo sé) llega a presentarse tan bella y profunda que da lugar a la recapitulación expuesta y la defensa de estos tres entes como símbolos a emplear, en Reiki y también cuando la intuición nos sugiera. El hecho creativo que vemos en el mundo Reiki y en concreto entorno a los símbolos, es importante para mí en este proceder porque le ayuda a uno a ser consciente de que somos libres en este sentido, que no debemos temer tomar una de estas energías naturales con intenciones limpias y positivas, pues están allí para todos, y allí estuvieron siempre.

El Orden como ente Arquetípico versus Conmutatividad

Los símbolos pueden ser, en primera aproximación, herramientas con correspondencias en los fenómenos naturales (una de las vías de aproximación a lo simbólico defendidas en nuestra exposición), con lo cual no es extraño pues, que sus efectos “no conmuten”, como no lo hacen ciertos entes (símbolos también) utilizados para la descripción física de la naturaleza. Esto lo acentuamos porque será importante en las ideas que a continuación exponemos.

Me resulta interesante mencionar que la relectura reciente de la obra ya mencionada de Vicente Beltrán Anglada, me mostró una notable analogía entre un modelo propuesto al principio del libro y el Modelo del Poliedro Existencial. La imagen que se propone en el libro nos invita a “considerarnos” un cuadrado, o algo parecido a un cuadrado, todavía en un estado de primitiva irregularidad que el trabajo personal definirá como un perfecto cuadrado, sobre el cual encajará perfectamente la base del triángulo equilátero que simboliza nuestro estado de evolución actual, camino evolutivo que se dirige hacia el círculo, que es la perfección; también V.B.A. extiende esta imagen-modelo a las tres dimensiones del espacio colocando un cubo bajo una pirámide y encima una esfera (por razones no nemotécnicas sino esotéricas y complejas que no exponemos aquí), dando un salto de lo poligonal a lo poliédrico que para mi conecta con el Poliedro Existencial, o más bien al revés, pues se trata de un escrito muy anterior; no recordé este modelo geométrico de la existencia hasta esta relectura, e ignoro si fue el germen que años después me facilitó la exposición y desarrollo de la idea del Poliedro Existencial, pero siempre me parecerá una analogía interesante y notable. En otra de sus obras (“Los ángeles en la vida social humana”) se me refuerza esta conexión entre geometría y evolución personal; por todo ello y por amor a la verdad, menciono estas circunstancias que su contribución considero tienen en este escrito, para mi sorpresa en cierto sentido, pues me acerqué a las citadas obras dado mi interés por el tema de los ángeles, llegando las cosas a interrelacionarse hasta este punto, al menos en este particular. Probablemente la esencia de todo no sea más que la búsqueda que cada cual intenta por comprender las cosas, ver más allá de lo material y llegar a alguna verdad.

Conexiones entre símbolos

Para quien lo desee, emprendamos un paso más en la visualización de símbolos y combinarlos entre ellos; las figuras geométricas son para mi arquetipos presentes en la Naturaleza, con vibraciones positivas que considero útiles en el contexto en el que estamos; son el Cuadrado, el Triángulo y el Círculo, cada una de las cuales contiene sus vibraciones numéricas naturales:

Cuadrado ↔ Cuatro (4) / Triángulo ↔ Tres (3) / Círculo ↔ Infinito (∞)

El Cuadrado es para mi una vibración relacionada con lo físico, lo terrestre, lo tangible, el espacio y el tiempo; el Triángulo lo relaciono con la proyección de un plano hacia otro; concretamente para nosotros, el triángulo con un vértice hacia arriba me inspira proyección, superación y trascender lo físico hacia lo sutil; y el Círculo se presenta como algo superior, Simple y sutil, algo que habla de la Totalidad, del Ser y lo Espiritual.

En el terreno del Reiki lógicamente no aventuraré una identificación con los Símbolos Reiki, pero si intentaré una afinidad, una idoneidad que favorezca las posibles sinergias vibracionales, pero sobretodo un intento aproximativo a las vibraciones de estos entes geométricos:

Cuadrado ↔ lo físico

Cho Ku Rei , en tanto que acción en lo físico y como accionador, punto de partida de las cosas, base, cimientos, ...
Sei-He-Ki , la Materia, las Emociones, lo mundano, en tanto que su relación con las vivencias físicas es tan estrecha.

Triángulo ↔ Tres (3)

Hon-Sha-Ze-Sho-Nen , en tanto que “trascender”, superar unas realidades y dar acceso a otras,
Sei He Ki , en tanto que una emoción puede generar el deseo o puede ser el detonante de la puesta en marcha del ascender y el superar.

Círculo ↔ Infinito (∞)

Dai Ko Myo , como conexión con lo espiritual, lo superior,
Raku , como momento de Revelación e Iluminación.

El Círculo sobre Triángulo y a la vez sobre Cuadrado (figura 1), juntos “me dibujan” un Raku (figura 2) (esto es una percepción personal, como todo lo que venimos exponiendo), en tanto que establecen un “árbol” de ascenso y descenso en tres estadios, como el Árbol Sefirótico (figura 3) o el Axis Mundi.

El antiguo arquetipo del Axis Mundi es una estructura material (o inmaterial -por ausencia-), que simbólicamente “conecta” el interior de la tierra con nuestro medio ambiente y a la vez con lo celeste, de forma que “altera” la calidad del lugar donde se encuentra (templos, lugares de rito, ...) debido a esta conexión de los tres mundos. Es un símbolo de conexión y comunicación pues (una exposición más exhaustiva excede el objetivo de este texto), que a su manera recuerda al Árbol Sefirótico de la Cábala (figura 3), al Raku (figura 2) y a la estructura Cuadrado-Triángulo-Círculo que vemos en la figura 1. En esta línea de pensamiento simbólico podemos apreciar en cualquier árbol de la naturaleza a un representante natural del arquetipo al que tratamos de acercarnos a través de estas formas que comentamos y comparamos (simples representantes); un árbol es, en este sentido, un ser muy conectado con la naturaleza terrestre y la celeste, a la manera del Axis Mundi, un ser vibracionalmente muy equilibrado visto así (existe también un extenso e importante simbolismo histórico entorno al árbol); quizás de ahí venga el encanto, la belleza y nobleza que inspiran y, lógicamente, el gusto de muchas personas de dentro y fuera del mundo Reiki en abrazar árboles, buscando con ello bienestar y sanación vibracional en contacto con las energías del Reino Vegetal. Dejaremos para otro trabajo la disertación acerca de la bella y recomendable relación con los árboles, el Reiki a los árboles, abrazar árboles, ...

En el terreno práctico del Reiki, que podemos decir?, en qué ocasiones la intuición me ha invitado a utilizar estos entes durante la práctica del Reiki?; aquí expongo algunas aplicaciones sacadas de mi vivencia personal:

Cuadrado: para favorecer conexión con lo tangible y terrenal, la organización en cualquier ámbito, la decisión, la delimitación de tareas o aspectos de la vida.

Triángulo: invitar a la superación, al ejercicio de la voluntad, conocimiento, curiosidad, acierto, inspiración.

Círculo: vibración de completitud, de simplicidad, calma, emancipación, conexión con lo inconmensurable.

En cualquier caso, pienso que la vibración de cualquier ente geométrico, en especial el cuadrado y el triángulo, favorecen el orden i delimitación oportuna en los distintos aspectos de la vida (doméstico, profesional, intelectual), dado el habitual solape y mezcla con que se nos presentan las cosas en la vida. El círculo, tal como lo percibo, pienso se aleja de estas consideraciones, pues se encuentra por encima de estas realidades “tan densas” con las que lidiamos, no porque no favorezca el orden también, que lo hace pienso, si no porque nos habla de un orden más elevado, una organización que ha sido sustituida por la Simplicidad, una integración de las partes.

Triángulo, Cuadrado y Círculo, así como otros y numerosos entes geométricos poligonales, hacen presencia en la simbología de numerosas tradiciones, en Oriente y en Occidente, con su numerología asociada (△ ↔ 3 ; □ ↔ 4 ; … ; ○ ↔ ∞ / Uno). Son arquetipos geométricos básicos en la construcción de Mandalas (y Yantras de la India), (figura 4), y los mandalas se encuentran en todas las culturas y todos los tiempos, así como en toda la Naturaleza; recordemos la simbología ancestral tibetana de los mandalas como representaciones diversas y concretas de la totalidad de la existencia, siendo también objetos para la contemplación y la búsqueda de la iluminación. Un ejemplo chino, interesante y ya familiar, es el conocido Yin-Yang (figura 5), una curiosa, vistas las cosas desde esta discusión, armonía entre la dualidad (dos partes) de la realidad observable y que conocemos, con la unidad (círculo exterior) que engloba las partes.

No hace presencia explícita en el yin-yang el triángulo, pero conceptualmente si podemos percibirlo, como en otros contextos históricos se ha explicitado: aquello que aporta el “tercer elemento” que resuelve y concilia la dualidad, quedando la polaridad (el dos, el segmento recto, la elipse, ...) armonizada en un arquetipo nuevo que es el triángulo.

... ... ...

Quisiera destacar, no obstante, que composiciones de estos tres entes los encontramos en la pintura del artista contemporáneo japonés Kumi Sugai, obras de entre 1962 y 1964; y antes de éste en la obra El Universo (recreada en la figura 6) del maestro zen Sengai, esta vez dispuestos en horizontal. Mientras que Sugai ordena los tres arquetipos poniendo el círculo en el centro y utiliza una disposición vertical, Sengai los coloca en el orden que venimos defendiendo en sintonía con el Raku (Cuadrado-Triángulo-Círculo), pero los dispone horizontalmente. Estos son detalles que alejan el significado de estas obras con lo que estamos exponiendo, pero lo destacable de ello es que representan muestras (no las únicas) del empleo de estos tres entes geométricos en el terreno del Arte (nosotros hacemos Arte Ki), y más allá, en especial su posible estatus de “elementos constitutivos” de la realidad, algo que se sugiere en el título “El Universo” de la citada obra de Sengai, además de ser defendidos así por Vicente Beltrán Anglada en los escritos mencionados. Algo de verdaderamente arquetípico hay en el Cuadrado, el Triángulo y el Círculo para haber sido valorados en contextos filosóficos, esotéricos y artísticos, lo mismo que ahora (y en su medida también con estos “avales” inspiradores) nosotros estamos haciendo aquí en el ámbito del Reiki y de los Símbolos Reiki.

He querido destacar estas composiciones de las tres figuras como precedentes de lo expuesto aquí, pero también para señalar lo que considero una “diferencia vibracional” entre el empleo individual de cada uno de estos símbolos, y el empleo conjunto y ordenado como un símbolo más, un “cuarto símbolo” que, por todo lo argumentado y por “pálpito sincero y personal” (y que entiendo naturalmente discutible), propongo identificar en cierta forma con el “misterioso?” Raku, visto en la ilustración.

Se presenta lógico y natural, pues, el “estatus” de símbolos para el cuadrado, el triángulo y el círculo, vibracionalmente favorables y armónicos con el Reiki. Sabemos que no dejan de aparecer símbolos nuevos en Reiki, supuestamente redescubiertos por alguien; en su lugar no se pretende aquí aportar ninguna novedad ni acto creativo, estrictamente hablando, pues estos tres arquetipos existieron siempre al alcance de todo el mundo, así que podemos mirar el particular como una “vuelta a lo esencial”, una recuperación de “viejas ideas”, o “viejos conceptos”, y veamos cómo nos sentimos con ellos. Con ello no se trata de establecer órdenes de importancia, ningún tipo de jerarquía, ni de completar al Reiki con nada supuestamente nuevo, pues al Reiki no le pasa ni falta nada, existan las discusiones que existan al respecto.

Interesante es ver esto como una vuelta a lo esencial: en la Tradición Hebrea, la “vuelta”, o la “mirada” de Dios, está en relación directa con el "acto creativo" de éste y establece una interrelación bidireccional con lo creado. Nosotros no somos Dios, pero en la “infinitesimal equivalencia” que pueda darse entre nuestra “búsqueda-creatividad” y la dinámica de la Creación, al fijarnos en estos para nosotros “sencillos y abarcables” entes (más incluso que los símbolos Reiki conocidos, sorprendentemente), quizás les “damos vida”?, los activamos de alguna forma en un grado mayor que si decidimos ignorarlos?.

Creo lógico pensar que algo de ello es realmente posible en algún grado, aunque no en hecho, pues siempre estuvieron allí: los átomos se disponen formando Cuadrados en multitud de formaciones cristalinas (figura 9), los núcleos atómicos contienen –podría decirse- Triángulos cuyos vértices son quarks (figura 8) en su interior, los astros forman y describen Círculos y Elipses (figura 7), ..., así como multitud de otras figuras y estructuras del Universo. Si esto se da en la realidad física, que se dará en la realidad energética y vibracional?.

No nos sorprendamos si estos bellos entes geométricos “nos valen” como símbolos dentro del Reiki, pues al formar parte de la Naturaleza podemos “echar mano” de ellos, ya que realmente nos “son familiares”, como vemos, hasta la más íntima de nuestras constituciones; valgámonos de las identificaciones-comparaciones vibracionales que podamos llegar a conocer (que son ya un tímido -y cuestionable- comienzo) para servirnos de ellos en el ámbito de lo energético y vibracional según nos sugiera la intuición.

Artículo de Dan Varllej
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"Geometría versus Reiki, Símbolos y Existencia"
© 2012 Dan Varllej

1 (Izquierda): Cuadrado, Triángulo y Círculo
("Axis Mundi")

2 (Derecha): Raku (Símbolo Reiki)

(3) Árbol Sefirótico (Cábala)

(4) Esquema Mandálico

(5) La unidad Yin Yang

(6) "El Universo", de Gibon Sengai

(7) Órbita elíptico-planetaria

(8) Tres Quarks formando un Nucleón

(9) Forma cúbica natural

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