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Francisco de Asís y los Belenes

Reflexiones actuales sobre las navidades
Artículo de Dan Varllej / © 2011

En esta época encontramos por todas partes e incluso construimos los tradicionales Belenes o Pesebres, representaciones de lo que se supone que fue la Natividad de Jesús; así también con otros hechos asociados a ello, como son la Adoración de los Magos, la Adoración de los Pastores y hasta la Anunciación de María.

Lo que al parecer no conoce todo el mundo es el verdadero origen de las actuales representaciones belenísticas, de este Arte podemos decir con toda propiedad, pues siendo doméstico, familiar o amateur no deja de ser un verdadero arte emparentado con todo derecho a la escultura. Y es que este mundo moderno en el que nos encontramos inmersos, a pesar de proveernos de todo tipo de información, "nos aleja", muy habitualmente, del verdadero sentido de muchas cosas.

Ciertamente, considerar el belén como una simple configuración de personajes en miniatura, presentes en la Natividad de Jesús, seria frivolizar con el tema mucho más de lo que pueda parecer en una primera reflexión; seamos o no religios@s, hay en ello una historia a la que atenernos y de la que nos interesa conocer la verdad, nos encontramos con arte y autoría, simbolismo y expresión personales; es imposible simplificar el asunto a dogmas y creencias.

Para acercarnos al tema, hay muchas fuentes que nos hablan de nuestro familiar Belén o Pesebre, fuentes históricas, bíblicas y teológicas, canónicas y apócrifas, así como artísticas; entre ellas se encuentran vestigios del origen de esta práctica, o al menos de lo que era antes de ser lo que ahora conocemos del Belenismo y de la Natividad; la opinión que trata de transmitir este escrito es que debe considerarse el tema algo más allá del plano plástico y artístico, incluso histórico, y para ilustrarlo nos ha parecido que el episodio más apropiado es el que nos brinda San Francisco de Asís.

Cuentan las crónicas que pocos años antes de morir, este santo tuvo una iniciativa "insólita" desde la óptica de su momento, una verdadera Iluminación quizás, de escenificar un pesebre viviente en la noche del 24 de diciembre. Esto se realizó en el bosque de Greccio, en Italia, lugar donde a raíz de estos hechos se fundaría el monasterio de Greccio. Y lo hizo con tal detalle que habla de su devoción, pues en el lugar se celebró la tradicional Misa de Media Noche, con un buey y un asno de verdad, y un pesebre con heno donde se recostaría un bebé, a "imitación del gesto" de María según narra el relato evangélico (San Lucas); de esta forma, Francisco trató (y acertó) de mostrar y "hacer revivir" a los fieles la situación de suma sencillez y desamparo que se atribuye al evento de la Natividad.

Es posible que hoy en día todo esto nos parezca muy ingenuo y muy trivial; estamos ya muy "resabidos" de puestas en escena, de "publicidad" con referencia a todo y cualquier cosa; todos hemos ido al teatro, hemos visto muchas películas y "recibimos" todo tipo de escenas y metáforas con las que "nos venden" absolutamente de todo. Téngase en cuenta que, si bien Francisco de Asís no inventó el pesebre, pues representaciones parecidas (aunque no iguales) ya se daban en algunos lugares (sólo en algunos) religiosos, a esta idea de nuestro santo se le atribuye un gran mérito y trascendencia con respecto a la tradición de los pesebres, o más bien, para no faltar al rigor histórico, al estímulo que imprimió en su momento a lo que ahora conocemos como belenismo o pesebrismo, no siendo en absoluto nada trivial ni naïf.

Para hacernos una idea, decir que, dado el momento histórico, las características del evento precisaron de un permiso papal que Francisco solicitó, siendo una manera de celebrar la Eucaristía muy excepcional por entonces; entre otros detalles que singularizan estos hechos, lo más notorio es la "escenificación", pues representaciones parecidas habían sido prohibidas años antes, así como el entorno del bosque, exterior a los templos.

Según cuentan las crónicas, la emoción que así transmitió nuestro santo a los fieles de la época, fue crucial para la evolución de estas representaciones, que con el tiempo desembocaron, en muchos artes, entre los que encontramos nuestros cercanos belenes, sencillos y familiares, o bien grandes y artísticos.

Al parecer, la iniciativa de San Francisco "estimuló" cierto recuerdo de este pasaje bíblico que por entonces permanecía algo dormido, poco destacado para su evidente importancia religiosa, de olvido podríamos decir, y su celebración no era, ni mucho menos, lo explícita de lo que es ahora; esta noche en bosque de Greccio marcó un punto de inflexión no sólo para la Iglesia, si no para todos, pues a día de hoy nadie permanece ajeno al belenismo, ya que lo encontramos por todas partes, seamos creyentes o no, incluso dejamos que los niños y las niñas jueguen con él, se visitan ferias (ahora quizás demasiado llenas de productos ajenos al pesebre), exposiciones, concursos de belenes, hacemos cuevas de corcho y musgo, etc.

Algún interés tendrá para tod@s verdad? Y es que la Natividad se celebra, seas o no creyente, pues todo el mundo toma sus vacaciones si puede, y hace sus celebraciones, aunque en ocasiones sean absurdas; y compra regalos aunque no le apetezca, ya conocemos el embrollo-comercio navideño, ... pero mirando la representación de San Francisco, sólo con el pesebre, los animales y los protagonistas, "vemos" que de ahí viene todo (o del relato que de ello nos ha llegado), nada más hay, lo cual da que pensar sobre lo que celebramos en realidad en estas fechas, nos invita a plantearnos lo que "cultivamos" o hacemos realmente cuando celebramos "cosas", no?, parece que hemos añadido tradiciones (o "tradicioncitas") a la Tradición; tratemos pues, de mirar las cosas con algo más de realidad que la que nos proporciona el consumismo desmesurado de esta época.

No se defiende aquí que quien no sea creyente no "celebre" nada, o que no deba hacerlo; lo que se intenta es estimular o sugerir un Ejercicio de Coherencia, siempre sano; jamás se trata de echar por tierra las inquietudes y quehaceres de nadie, sobretodo si lo realiza con sinceridad y con motivos, que pueden ser los suyos propios y ajenos a la religiosidad; no obstante el "saber porqué", o el "saber como", de esas cosas que a veces parece que "son porque si" y que ocurren de forma "casi automática", como ocurre en cierta manera con los "montajes navideños" de toda índole que, "nos plantan" literalmente, nos gusten o no, ..., nunca está de más; ello, muy probablemente aportará "cierto grado de coherencia", cuando haga falta, a todo el "dejarse llevar" por las costumbres en el que a veces nos vemos envuelt@s y que muchas personas viven como un verdadero "arrastre"; también, además, está bien conocer para "evaluar" y opinar, en la medida que nos concedamos, hasta que punto lo que celebramos hoy tiene que ver con lo que ocurrió antaño y/o con lo que es verdad.

El mensaje es permitirnos ser crític@s, permitirnos ser flexibles; realmente San Francisco debió desplegar algo de esto para emprender semejante proyecto, estoy seguro que defendió su idea para obtener el necesario permiso; de alguna manera vino a "poner los puntos sobre las ies", actualizar los conceptos (que con el tiempo siempre tienden a olvidarse, perderse y deformarse); una imagen clara y tangible es lo que brindó en el bosque de Greccio, un decir: "El Evangelio dice esto y nada más, miren, estos son los hechos, limitémonos a su contemplación sin más distracciones" (estas no son palabras de Francisco de Asís que yo sepa, son una modesta conjetura mía).

Traslademos el mismo espíritu a nuestros días e imprimamos nuestro proceder de contenido, de coherencia, de nuestra vida interior; busquemos felicidad en lugar de distraernos con luces, crismas, adornos, caprichos, lujos, consumismo y a menudo hasta con hipocresía, que siempre trae tensiones que ni queremos ni necesitamos, pues ya tenemos bastante estrés durante todo el año. El ejemplo de San Francisco es para mí y a día de hoy una "Llamada al Recuerdo"; creo que nos falta alguien o algo parecido actualmente que nos hable y recuerde las cosas como son, y puede que ya lo tengamos pero estemos demasiado distraíd@s consumiendo cosas (y consumiendo el tiempo también) por cualquier razón.

Artículo de Dan Varllej
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© 2011 Dan Varllej

Imagen de San Francisco de Asís

Escultura en bronze del Santuario de Montserrat, en Barcelona, España.

Obra de Josep Viladomat; instalada en el "Camí de Sant Miquel" desde 1927, con motivo del VII centenario de la muerte del santo.

Bibliografía y Crónicas de la vida de San Francisco de Asís:

- Francesc i Clara d’Assís, de Tomàs Celano; Les fonts franciscanes, La formiga d’Or, Barcelona 1991.

- Escritos completos de San Francisco de Asís y biografías de su época, Fray Juan R. de Legísima, O.F.M. y Fray Lino Gómez Canedo, O. F. M.; Biblioteca de autores cristianos, Editorial católica SA, Madrid 1945.

- Vida y milagros de S. Francisco de Asís, Por P. Fr. Pelegrín de Mataró; Obra franciscana, PP. Capuchinos de “Pompeya”, Diagonal, 450 ; Barcelona 1918.

Fragmento del Evangelio de San Lucas:

... ...
Y sucedió que, hallándose allí, le llegó la hora del parto [a María], y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo reclinó en un pesebre, porque en el mesón no había lugar para ellos.
... ...

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